14/7/10

El dar



Entonces, un hombre rico dijo:
Háblanos del dar.
Y él contestó:
Dais muy poca cosa cuando dais de lo que poseéis.
Cuando dais algo de vosotros mismos es cuando realmente dais.
¿Qué son vuestras posesiones sino cosas que atesoráis por miedo a necesitarlas mañana? Y mañana, ¿qué traerá el mañana al perro que, demasiado previsor, entierra huesos en la arena sin huellas mientras sigue a los peregrinos hacia la ciudad santa?
¿Y qué es el miedo a la necesidad sino la necesidad misma?
¿No es, en realidad, el miedo a la sed, cuando el manantial está lleno, la sed inextinguible?
Hay quienes dan poco de lo mucho que tienen y lo dan buscando el reconocimiento y su deseo oculto malogra sus regalos.
Y hay quienes tienen poco y lo dan todo. Son éstos los creyentes en la vida y en la magnificencia de la vida y su cofre nunca está vacío.
Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio. Y hay quiénes dan con dolor y ese dolor es su bautismo.
Y hay quienes dan y no saben del dolor de dar, ni buscan la alegría de dar, ni dan conscientes de la virtud de dar.
Dan como, en el hondo valle, da el mirto su fragancia al espacio. A través de las manos de los que como esos son, Dios habla y, desde el fondo de sus ojos,
El sonríe sobre la tierra.
Es bueno dar algo cuando ha sido pedido, pero es mejor dar sin demanda, comprendiendo. Y, para la mano abierta, la búsqueda de aquel que recibirá es mayor goce que el dar mismo.
¿Y hay algo, acaso, que podáis guardar?
Todo lo que tenéis será dado algún día.
Dad, pues, ahora que la estación de dar es vuestra y no de vuestros herederos. Decís a menudo: "Daría, pero sólo al que lo mereciera."
Los árboles en vuestro huerto no dicen así, ni lo dicen los rebaños en vuestra pradera.
Ellos dan para vivir, ya que guardar es perecer.
Todo aquel que merece recibir sus días y sus noches, merece, seguramente, de vosotros todo lo demás.
Y aquel que mereció beber el océano de la vida, merece llenar su copa en vuestro pequeño arroyo.
¿Y cuál será mérito mayor que el de aquel que da el valor y la confianza -no la caridad- del recibir?
¿Y quiénes sois vosotros para que los hombres os muestren su seno y os descubran su orgullo para que así veáis sus merecimientos desnudos y su orgullo sin confusión?
Mirad primero si vosotros mismos merecéis dar y ser un instrumento del dar.
Porque, a la verdad, es la vida la que da a la vida, mientras que vosotros, que os creéis dadores, no sois sino testigos.
Y vosotros, los que recibís, y todos vosotros sois de ellos, no asumáis el peso de la gratitud, si no queréis colocar un yugo sobre vosotros y sobre quien os da. Elevaos, más bien, con el dador en su dar como en unas alas.
Porque exagerar vuestra deuda es dudar de su generosidad, que tiene el libre corazón de la tierra como madre y a Dios como padre.

KHALIL GIBRÁN - El Profeta

7/7/10

APUNTES DE TERAPIA VIBRACIONAL


A grandes rasgos, el mundo occidental hasta nuestros días se ha regido por dos conceptos generales de la física. Recientemente se ha incorporado otra teoría, aún en grado de desarrollo, llamada Física Cuántica. El primero, según la visión de Newton, es llamado modelo mecanicista, por que considera el funcionamiento del Universo y todo lo que lo integra, como una maquina. Así, el ser humano es una maquina biológica y su funcionamiento es considerado como tal. Como sabemos, una maquina está compuesta por un conjunto de piezas o elementos que, aunque funcionando al unísono, son independientes entre ellas y pueden substituirse o modificarse, sin necesidad de modificar los otros componentes. De esta manera, en un ser humano, el corazón sería semejante a un equipo de bombeo, el riñón o el hígado una sistema de filtros, el sistema nervioso un conjunto de cables que transmiten impulsos eléctricos, etc. Este concepto del cuerpo humano, aun vigente, ha llevado a la medicina hacia una especialización exhaustiva, que ha compartimentado el cuerpo humano y que considera la enfermedad como la anomalía concreta de una pieza que debe ser tratada independientemente de todo el conjunto. La segunda teoría, es debida a Albert Einstein, y se llama de la Relatividad. Es un modelo reciente ya que apareció en los años treinta del pasado siglo. Todo es relativo, todo cambia según el punto de vista. Nada es exactamente lo que parece. Todo es posible. Según Einstein todos los elementos del Universo son Energía. Esta energía esta regida por unas variables que pueden calcularse mediante la formula:

E = M C²

O lo que es lo mismo, la energía es igual a la masa o materia por la velocidad (Celeritas) de la luz al cuadrado. Si nos detenemos a descifrar la formula, leemos que la Energía es igual a la Materia o de otra forma que la Materia es igual a la Energía. Lo que nos dará la calidad o cualidad de esta materia será la Velocidad, o sea la Vibración o frecuencia a la que se mueven las partículas que componen esta materia. A menos vibración, más densa será esta materia. A más vibración, más sutil será esta materia y por lo tanto mas difícil de captar por nuestros sentidos. Materia y Energía son la expresión dual de la misma substancia Universal. En el mundo Subatómico, la materia visible es la milmillonésima parte del universo. De ahí el pequeño espectro que pueden captar nuestros pobres sentidos. Si nos referimos a la vista, sabemos que el ojo humano ve una gama de colores que van desde el infrarrojo al ultravioleta. El que no veamos, mejor dicho, el que nuestro cerebro no pueda interpretar las partículas del sistema ondulatorio que capta a través de la retina no quiere decir que no existan. Eso mismo pasa con el resto de nuestros sentidos. La física Cuántica vendría a revolucionar totalmente estos esquemas. No solo contempla la existencia de estas partículas, si no que además les concede la facultad de tener consciencia y por lo tanto capacidad de reaccionar con un sentido definido, con un propósito. La interacción entre ellas, su constante movimiento, constituirían una danza cósmica ya intuida desde la antigüedad. Uno de los aspectos más importantes de esta nueva visión de la Física, son los puntos de contacto con la espiritualidad. Se está demostrando como mediante la mente consciente y ejercicios tales como la meditación, pueden modificarse aspectos físicos del ser humano. Desde la más remota antigüedad, se sabe que los cuerpos vivos emiten o están rodeados de un campo energético (en realidad toda materia emite energía). Esta energía es perfectamente visible por personas con especial sensibilidad o simplemente con un adiestramiento adecuado. Puede recibir diversos nombres, dependiendo de la cultura o tradición, pero comúnmente se llama Aura, fuerza vital, campo etérico, etc. Y a la energía, Orgón, Chi, Ki, Prana, etc. Se la relaciona con el aspecto espiritual y se ha representado como un halo alrededor de la cabeza en imágenes de la iconografía de todas las culturas y de la vitalidad del cuerpo físico, dependiendo de los colores que muestra. Paracelso, nos habla de esta energía, así como Mesmer, Hahnemann, Walter Kilner, Kirlian (que logró una cámara capaz de fotografiar esta energía), Wilhelm Reich, etc.
Albert