La Amatista es una de las piedras semipreciosas más populares. Es una de las variedades del cuarzo y su coloración va del violeta pálido al color purpura. Su color violáceo se debe al oxido de hierro que contiene. Suele encontrarse en filones, formando drusas, o en geodas que son formaciones esféricas, tapizando el interior de sus paredes.
Como hemos visto anteriormente en otras variedades de cuarzo, su utilización ornamental se remonta al inicio de las antiguas civilizaciones. Era de uso común en egipcios, griegos y romanos, sabedores de las propiedades que a continuación relataremos.
Antiguamente, se le atribuían propiedades moderadoras del efecto del alcohol por que su nombre “amethystos” provenía del griego y significaba “no bebido”. Esta es precisamente una de sus principales cualidades ya que se asocia a la claridad de la mente, a la rectitud y a la sensatez. Favorece la armonía y el equilibrio mental lo que al mismo tiempo, contribuye a la relajación emocional y física de nuestro cuerpo. Siendo la Hipófisis la glándula Maestra, la Amatista activa el metabolismo y el sistema endocrino, la producción de hormonas y protege el sistema inmunológico
En el plano espiritual, su asociación con el sexto chacra “Ajna”, permite la apertura del Tercer Ojo y por lo tanto la intuición y el desarrollo de los poderes psíquicos y extrasensoriales.
Favorece la meditación y la focalización de la energía mental. Su efecto relajante contribuye a mejorar el descanso y por lo tanto a evitar el insomnio y las pesadillas, propios de mentes hiperactivas. Mejora la capacidad auto curativa, propicia la posibilidad de soñar y posteriormente la interpretación de los sueños. La Amatista es el cuarzo de la transformación.
Ayuda a transmitir las señales neuronales por lo que beneficia la capacidad de comprensión y asimilación y por lo tanto el aprendizaje de cualquier materia.
Siendo la piedra espiritual, por excelencia, era utilizada engarzada en los anillos de los Pontífices, aquellos que establecían puentes entre el mundo espiritual y el mundo real o cotidiano. Aun, hoy en día, es utilizada por Papas, Obispos y en general por personas dedicadas a la espiritualidad.
La Amatista bloquea los fenómenos geopatológicos dentro de nuestros hogares, por lo que es conveniente utilizarla junto al Cristal de Roca y el Cuarzo Rosa, formando conjuntos protectores y activadores de las energías ambientales. En nuestra habitación ayudara y favorecerá nuestro descanso.
Colocada encima del tercer ojo, alivia los dolores de cabeza provocados por tensiones emocionales, relaja la musculatura craneal y evita la aparición de arrugas características de fruncir el entrecejo.
Desbloquea los miedos, los sentimientos de culpa y las ansiedades anímicas que contribuyen al estrés y a la fatiga mental.
Potencia la espiritualidad, abriéndonos como canal hacia el Universo. Coloca una Amatista en el chacra del tercer ojo y visualiza como desde tu mente, se abre un túnel de luz. Atrévete a ver con tus ojos cerrados, a oír sin tus oídos, a percibir simplemente. Imagínate envuelto por un aura de color violeta, siente como la energía que penetra por tu chacra corona, te llena de Luz, de Paz…
Como hemos visto anteriormente en otras variedades de cuarzo, su utilización ornamental se remonta al inicio de las antiguas civilizaciones. Era de uso común en egipcios, griegos y romanos, sabedores de las propiedades que a continuación relataremos.
Antiguamente, se le atribuían propiedades moderadoras del efecto del alcohol por que su nombre “amethystos” provenía del griego y significaba “no bebido”. Esta es precisamente una de sus principales cualidades ya que se asocia a la claridad de la mente, a la rectitud y a la sensatez. Favorece la armonía y el equilibrio mental lo que al mismo tiempo, contribuye a la relajación emocional y física de nuestro cuerpo. Siendo la Hipófisis la glándula Maestra, la Amatista activa el metabolismo y el sistema endocrino, la producción de hormonas y protege el sistema inmunológico
En el plano espiritual, su asociación con el sexto chacra “Ajna”, permite la apertura del Tercer Ojo y por lo tanto la intuición y el desarrollo de los poderes psíquicos y extrasensoriales.
Favorece la meditación y la focalización de la energía mental. Su efecto relajante contribuye a mejorar el descanso y por lo tanto a evitar el insomnio y las pesadillas, propios de mentes hiperactivas. Mejora la capacidad auto curativa, propicia la posibilidad de soñar y posteriormente la interpretación de los sueños. La Amatista es el cuarzo de la transformación.
Ayuda a transmitir las señales neuronales por lo que beneficia la capacidad de comprensión y asimilación y por lo tanto el aprendizaje de cualquier materia.
Siendo la piedra espiritual, por excelencia, era utilizada engarzada en los anillos de los Pontífices, aquellos que establecían puentes entre el mundo espiritual y el mundo real o cotidiano. Aun, hoy en día, es utilizada por Papas, Obispos y en general por personas dedicadas a la espiritualidad.
La Amatista bloquea los fenómenos geopatológicos dentro de nuestros hogares, por lo que es conveniente utilizarla junto al Cristal de Roca y el Cuarzo Rosa, formando conjuntos protectores y activadores de las energías ambientales. En nuestra habitación ayudara y favorecerá nuestro descanso.
Colocada encima del tercer ojo, alivia los dolores de cabeza provocados por tensiones emocionales, relaja la musculatura craneal y evita la aparición de arrugas características de fruncir el entrecejo.
Desbloquea los miedos, los sentimientos de culpa y las ansiedades anímicas que contribuyen al estrés y a la fatiga mental.
Potencia la espiritualidad, abriéndonos como canal hacia el Universo. Coloca una Amatista en el chacra del tercer ojo y visualiza como desde tu mente, se abre un túnel de luz. Atrévete a ver con tus ojos cerrados, a oír sin tus oídos, a percibir simplemente. Imagínate envuelto por un aura de color violeta, siente como la energía que penetra por tu chacra corona, te llena de Luz, de Paz…
ALBERT
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