17/11/10

ENCUENTRO



Sentí tu mirada limpia y profunda, clavada en mi rostro.
Tus grandes ojos, oscuros como la noche buscaban los míos, pidiendo respuestas que seguramente no podía darte.
¿Que deseo, que motivo, que acontecimiento me había llevado hasta ahí...?
No era mi lugar y sin embargo allí estaba.
Tus preguntas sin palabras me llevaron a reconocerme en ti muchos años atrás.
El ansia de conocimiento, la capacidad de sorprenderme, hurgar en la energía de aquel que me parecía portador de algo vital para mi supervivencia...
Tu inocencia.

No sé por qué estoy aquí.
No sé qué misteriosas fuerzas han actuado para traerme hasta aquí.
Tampoco sé que estoy haciendo en este lugar, sentada, mirándote, sonriéndote...
¿Qué puedo decirte de todo lo que sé que estás sintiendo?
De mi búsqueda, de mi locura…
Todavía intento encontrarle mirando una estrella, oliendo una flor…
Quizás está escondido en cualquier hermoso rincón de este planeta…
Y así el tiempo pasa, pero yo no me rindo.

¿Quieres saber de esta locura? ¿De todo lo que estás sintiendo?
Pues te diré que solo en esta locura puedes permanecer cuerdo.
Porque el que vive cuerdo, sin estar loco, no vive.
Ahora empieza tu búsqueda, tu peregrinaje.
Déjame abrazarte amigo.
El color de tu piel y la mía son distintos, pero el sabor de aquello que andamos buscando, es el mismo.

Ve en paz.

MARÍA

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