14/2/11

TAILANDIA -TRIBUS KAREN



Me quedo en el poblado, mientras los demás van en busca de no sé que río. Me apetece mucho quedarme sola y desconectar del grupo. Estoy en una especie de cabaña donde tenemos que dormir, sentada en un pequeño cobertizo. Allí se hace todo. Asearte (como puedes), tomar té, comer, etc. etc.
Se me ocurre que es un buen momento para una pequeña meditación y me pongo en la postura.
De repente, siento que hay alguien a mi lado.
Un jovencito, descalzo, con solo un pantalón descolorido y destartalado. Me sonríe, se sienta de cuclillas y me mira.
No sé cómo empezamos a "hablar", no sé cómo nos entendimos. Por señas, con palabras sueltas en inglés, thai, español, qué se yo!
Me dice que se llama Acá, que tiene 20 años (no le hacía más de 15), que es el pequeño de tres hermanos. Los hermanos mayores están viviendo en la villa, casados ya .Sus padres viven en la cabaña frente a la que estamos ahora. Tienen 48 años, se dedican a atender turistas (los pocos atrevidos que llegan hasta allí, claro) hacen la comida y masajes. Me dice que la cabaña que está junto a la de sus padres, es para él, para el día en que se case. No tiene novia, no piensa tenerla hasta los 26 años. Entonces se casará y piensa tener dos hijos, o tal vez tres. Es un misterio como puedo "entender" todo lo que me dice.
Sus ojos brillan y su boca sonríe ante tan próspero y feliz futuro.
Acá es feliz. No tiene nada. Es feliz.
Le aterra volar. No entiende como he podido pasar tantas horas de vuelo, para llegar a su país. (Yo tampoco lo entiendo).
Dice que además volar es muy caro y el no se lo puede permitir. No tiene motocicleta porque no puede sacarse el carnet. Es muy caro. Y no sabe si algún día podrá hacerlo. Sonríe. Yo también.
Y siento tristeza, una gran y profunda tristeza en mi corazón. Creo que estoy llorando...pero no por Acá. Si no por MÍ.

María.


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